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22 septiembre 2007

Cuidado con los mensajes de expansión: las OPVs bailan al son del año 2000

Oferta Pública de Venta (OPV) de acciones. Están acelerando. El número de empresas que desea salir a bolsa se multiplica. Hay boom. En España, durante los seis primeros meses de 2007, las inmobiliarias se agolpaban por entrar en el club de cotizadas. Pero una inesperada, pero previsible, crisis de confianza y de liquidez ha acabado con las esperanzas de muchas de ellas. Vease el caso Tremon, por ejemplo. La última que se atrevió fue Realia, aunque respaldada por dos padrinos de excepción: Caja Madrid y FCC. Ahora ha cambiado el sector. Son las cajas las que mandan.

Ya son cuatro las que quieren obtener liquidez y fuente de financiación de la bolsa. Criter La Caixa, Bancaja Inversiones, Corporación Caja Navarra y otras tantas que lo estarán estudiando. Seguro. ¿Para qué? Oficialmente, para financiar su expansión y compartir con el resto de los mortales, los inversores minoritarios, el buen ojo que tienen a la hora de invertir. Un hólding es un cartera de inversiones de la que se emiten participaciones o acciones, en este caso. También se esperan debuts en el sector de energías renovables con Eolia e Iberdrola Renovables, en el financiero (Renta 4 y Credit Services) y otros (Vertice)... No son pocas que las compañías que planean salir a bolsa, crecer, emprender una expansión nacional o internacional. Se cansará de escucharlo.

Extraoficialmente, y casi confidencialmente, la venta de acciones en bolsa es una señal de otra cosa. Así se enseña las escuelas de negocio. Cuando se realiza una colocación "la fruta está madura" para el accionista de esa empresa. Él vende, usted compra. Él tiene la información sobre el negocio, usted no. Es decir, la venta de acciones en bolsa se produce, precisamente, cuando esos títulos están caros de alguna manera. Si la desinversión es parcial, el accionista quizá quiera simplemente que el mercado ponga en valor su participación. ¿Para qué? Una excepción exagerada: la bolsa llegó a pagaro 10 veces más por las acciones que Bañuelos colocó de Astroc en 2006.

Un buen térmometro del estado de las OPVs es ver qué está ocurriendo en Wall Street. Pues bien, allí, en el mercado más potente del mundo las salidas a bolsa están, sencillamente, disparadas. A fecha de hoy, el número de empresas que han tocado la campana en la Bolsa de Nueva York asciende a 150, un 42% más que el año pasado. Y se esperan al menos 73 OPVs en los dos próximos meses. Un récord desde que en 2000 se superasen las 400 operaciones. Sin embargo, son más pequeñas que en 2006. El volumen de dinero que suponen estos debuts se sitúa en 36.700 millones de dólares, según datos de Renaissance Capital.

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