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12 octubre 2006

Habilidades contables para salir con éxito a Bolsa (Manipulación en las OPVs)

Ahora que Vocento sale a bolsa, el grupo Prisa explica cómo las empresas manipulan las cuentas cuando van a hacer OPVs, para sacarlas lo más arriba posible... Siendo malpensado, parece que tratan de ponerle una "chinita" a la competencia, pero lo cierto es que es un artículo muy bueno, se nota que ellos saben de qué va el tema.

La discrecionalidad contable permite a las compañías manipular sus beneficios el año que salen a Bolsa para maximizar la colocación. Es la principal conclusión de un estudio publicado por la CNMV elaborado por dos profesores de la Universidad de Alicante.

Una de las anomalías más controvertidas que se han observado en los mercados financieros occidentales es el bajo rendimiento de las acciones en los periodos posteriores a la salida a Bolsa. Tras analizar este fenómeno en el caso español, María Jesús Pastor y Francisco Poveda, profesores del Departamento de Economía Financiera de la Universidad de Alicante, sugieren que es debido 'a una corrección gradual de la sobrevaloración inicial inducida por las prácticas de manipulación contable'.

Las empresas que toman la decisión de salir a cotizar publican resultados elevados empleando prácticas contables 'agresivas'. Cuando se produce la reversión de dichos componentes del beneficio en los periodos posteriores, el mercado corrige la valoración a la baja. La rentabilidad económica (ROA) de las empresas que salen a Bolsa presenta su valor máximo el año de la OPV para descender con posterioridad.

El instrumento que utilizan las compañías para inflar sus cuentas de cara a la OPV son los denominados 'ajustes por devengo'. Dicha partida se define como la diferencia entre el resultado contable ordinario y el flujo de caja generado por las operaciones. Estos ajustes, en opinión de los expertos, reflejan transacciones que no han implicado todavía un movimiento de caja, pero que afectarán a los flujos de caja futuros.

'Bajo los principios contables generalmente aceptados las empresas tienen discrecionalidad para reconocer estas transacciones con el objeto de conseguir que los beneficios publicados reflejen mejor las condiciones de la compañía. Sin embargo, esta flexibilidad de los gestores abre las puertas a la manipulación de los beneficios', sostienen Pastor y Poveda.

Se tarda un tiempo en detectar estas prácticas porque las empresas tienen motivos para manipular tanto los beneficios previos como los inmediatamente posteriores a la oferta. 'Es lógico que persistan los incentivos de la manipulación en los meses inmediatamente posteriores a la emisión. Por un lado, los gestores no pueden disponer de sus acciones hasta varios meses después de la oferta por lo que les interesa que los resultados no reviertan inmediatamente', explican estos profesores. 'Por otro lado, las compañías se enfrentan a un mayor escrutinio en el periodo posterior a la emisión y una reversión inmediata sacaría a la luz las actuaciones oportunistas de los directivos'.

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