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10 enero 2007

La caída en picado del petróleo desata el miedo a una recesión en EEUU

l desplome del petróleo a comienzos de año se agravó ayer y provocó la pérdida del importante soporte de los 55 dólares en EEUU, los mínimos de noviembre. La caída en lo que va de año es del 11% y supera ya el 30% desde los máximos históricos de julio, en torno a 79 dólares (ver gráfico). Este hundimiento ha encendido todas las alarmas sobre la economía de EEUU, ya que el resto de las materias primas –en especial los metales- también está cayendo a plomo.

Ni siquiera las amenazas de Vladimir Putin, presidente de Rusia, de paralizar su producción de crudo por su disputa con Bielorrusia sirvieron para reanimar la cotización del barril. Tampoco están haciendo efecto las declaraciones de diversos miembros de la OPEP en las que anuncian que van a cumplir escrupulosamente el recorte de producción acordado y que incluso podrían reunirse de urgencia para adoptar más. El incumplimiento de anteriores recortes ha dejado al cártel sin credibilidad, según los analistas de Money and Markets.

Las explicaciones más repetidas para la caída son las cálidas temperaturas del invierno en el hemisferio Norte, el área de mayor consumo del planeta, y el consiguiente incremento de los inventarios comerciales de crudo, gasolina y destilados en EEUU. Hoy se harán públicos los de esta semana, para los que se espera un nuevo aumento.

Hay algo más detrás de la caída

Sin embargo, estos factores no explican la caída del resto de las materias primas, en especial del cobre, considerado un indicador muy fiable de la marcha de la economía por el gran abanico de sus usos en la industria. Este metal ha caído en torno a un 30% desde sus máximos de hace sólo un mes. Todo esto ha provocado que numerosos analistas empiecen a hablar de que el esperado aterrizaje suave de EEUU se puede tornar en brusco y acabar en recesión.

El estratega jefe de Merrill Lynch, Richard Bernstein, asegura que la caída del cobre es “muy preocupante” y que los inversores deben tenerla en cuenta a la hora de elaborar su escenario económico para los mercados. De hecho, la mala evolución de la Bolsa de Londres en el comienzo del año se explica principalmente por las caídas de las compañías mineras.

Contradicción con los datos económicos

Ahora bien, este mensaje negativo que en teoría están lanzando las materias primas se contradice con la fortaleza de los últimos datos económicos conocidos en EEUU, en especial la creación de empleo y la subida de los salarios en diciembre.

¿Con qué nos quedamos? De momento, algunos mercados dan más credibilidad a los datos económicos: el dólar ha recuperado frente al euro (que ha recaído a niveles de 1,30 dólares) y, según los futuros sobre los tipos de interés de la Fed, la probabilidad de una bajada en el primer semestre ha caído desde el 50% hasta el 25%. No obstante, las bolsas no terminan de fiarse y son incapaces de salir de la consolidación lateral en que llevan desde noviembre.

En todo caso, el petróleo está jugando con fuego. Sin confirma la pérdida de los soportes actuales, el analista técnico Carlos Doblado, de Bolságora, augura un hundimiento mucho mayor del que acumula. “Niveles de 40 o incluso 30 dólares serían perfectamente factibles”, a su juicio.

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