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06 febrero 2007

Deutsche Bank apuesta por una depreciación del euro este año

Parece que han leído mi artículo de previsiones 2007...

El consenso de mercado espera una progresiva apreciación del euro frente al dólar a lo largo del año, hasta acercarse a cotas de 1,4 dólares por unidad. Deutsche Bank apuesta por lo contrario.

Si utilizamos una medida como el de paridad de poder de compra, el famoso índice Big Mac, el cambio del euro contra el dólar debería estar en 1,15 dólares por unidad. Es decir, en estos momentos el euro está sobrevalorado y la presión general sobre la moneda será para que ésta se deprecie.

El segundo argumento es cíclico. Estamos convencidos de que, al contrario de lo que sucedió el año pasado, el crecimiento de Europa sorprenderá negativamente, mientras que el de EE UU lo hará positivamente. Una de las razones es que este año se elevan los impuestos al consumo en Alemania e Italia. Si miramos lo que sucedió en Japón con las subidas de impuestos aplicadas en los últimos 10 años, creemos que Alemania seguirá la misma senda. Por otro lado, hemos hecho un estudio y hemos llegado a la conclusión de que Europa es la región con más sensibilidad al crecimiento de EE UU, básicamente por los vínculos de la industria financiera, el auténtico motor del sector servicios, entre los dos países. Tradicionalmente, Europa tarda 12 meses en sentir el impacto de la desaceleración económica en EE UU. Así que la debilidad económica sufrida allí en el segundo trimestre de 2006 llegará a Europa con toda su intensidad a mediados de este año.

Desde un punto de vista de estrategia inversora, ¿cuál es la apuesta más prometedora para este año?

Vender euros y comprar dólares. Aparte de eso, hay tres monedas interesantes. Una es el yen. La recuperación económica ha llevado a los japoneses a vender activos locales y comprar extranjeros. Las malas perspectivas para este año llevarán a que los inversores vuelvan a refugiarse en los activos domésticos, lo que favorecerá al yen. Las otras dos son las coronas de Suecia y Noruega. Estos dos países no sólo tienen superávit por cuenta corriente, sino que además están justo en la mitad del ciclo alcista de tipos, algo que no sucede ni en EE UU, ni la zona euro, ni en Japón.

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