Solaria, carne de cañón para convertirse en otra Avanzit, Jazztel, Astroc…
Empresa pequeña de un sector de moda, que saca a bolsa un porcentaje muy reducido del capital, que tiene una valoración extremadamente alta y que promete unos crecimientos espectaculares en el futuro. ¿Les suena? No, no hablamos de Terra, ni de Jazztel, ni siquiera de Astroc. Hablamos de Solaria, la tercera OPV de este año que hoy comienza a cotizar tras una colocación exclusivamente institucional.
Esta empresa cumple todas esas condiciones: pertenece al sector más caliente en la actualidad, las energías renovables; tendrá una capitalización total de 960 millones de euros; sólo saca al mercado el 23,1% del capital (ampliable al 26,6% con el green shoe); el precio fijado ayer (9,5 euros, el más alto de la banda) la valora con un PER de 170 veces los beneficios de 2006; y su principal argumento de inversión es el enorme crecimiento que espera para el futuro, puesto que se trata de un proyecto en el que está casi todo por desarrollar.
"Lo más determinante no era el precio, sino que con su OPS (ampliación de capital) la empresa ha pedido fondos para hacer unas inversiones, y el mercado ha aceptado muy bien el modelo de negocio y sus riesgos", señala a Reuters Jordi Padilla, director de Renta Variable de Atlas Capital. En efecto, la demanda ha superado casi en 10 veces a la oferta, según la empresa. Algo que tampoco era demasiado difícil teniendo en cuenta el reducido tamaño de la colocación, que han coordinado Morgan Stanley y Banesto.
En todo caso, las grandes similitudes con estos precedentes podrían determinar un comportamiento parecido, a juicio de varios expertos consultados. Es decir, una subida explosiva inicial que puede superar las expectativas más fantásticas, seguida por una dura corrección que atraparía a los últimos en subirse al carro. La razón es que “el valor puede convertirse en el favorito de los traders más agresivos, como en su día lo fueron Avanzit, Zeltia, Jazztel o Astroc. Y eso significa una altísima volatilidad, que permitirá grandes ganancias, y también enormes pérdidas”, según un operador del mercado.
La cuestión es si esa caída que suele llegar después de la subida será una mera corrección en la tendencia o un cambio de tendencia, como en todos los casos citados. “Eso dependerá de si demuestran que pueden materializar el proyecto que han presentado a los inversores. Si lo consiguen, Solaria puede valer mucho más. Pero es un valor con un altísimo componente de riesgo”, según un experto en OPVs de una importante entidad española.
Otro analista más agresivo critica abiertamente la fórmula de salida a bolsa, con una colocación meramente institucional: “Es la típica operación en que los grandes inversores han podido comprar a buen precio y, cuando suba, soltarán el papel con grandes plusvalías a los particulares, que se quedarán pillados”. Este experto recuerda que este modelo fue precisamente el utilizado en la OPV de Astroc.
El riesgo de invertir en renovables
Solaria, controlada por la familia Díaz-Tejeiro, se dedica a la fabricación de paneles solares para la obtención de energía eléctrica y térmica, y sale a bolsa aprovechando el boom que viven las empresas de energías renovables en todo el mundo gracias al cambio climático. Un boom que en España cuenta con el impulso de la nueva normativa aprobada por el Gobierno, muy favorable para estas energías.
Sin embargo, algunos expertos empiezan a alertar del riesgo de invertir en este sector, en especial en el etanol y la energía solar. Respecto a esta última, Jack Robinson, de la gestora especializada Winslow, advierte que “todavía no resulta rentable, y muchas de las valoraciones que se han hecho están infladas”. Además, considera que estas empresas se enfrentan a la escasez de silicio –el material con el que se fabrican los paneles solares- y la previsible subida de su precio, un riesgo que Solaria recoge en el folleto de su salida a bolsa.
En todo caso, el principal riesgo que señala Robinson es que el sector ha alcanzado valoraciones excesivas: “Los precios ya han recogido en buena medida el potencial de este negocio y, en consecuencia, los inversores que compran ahora pueden llegar tarde. Máxime, si este potencial no es tan grande como se cree la mayoría del mercado”.
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