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10 diciembre 2006

El mito del crecimiento económico

Una economía cuyo crecimiento absoluto sea del 2.6% y el de la población del 0.5%-caso de la eurozona- marcha infinitamente mejor que otro cuyo crecimiento económico sea del 3.8% y el de la población del 3%-caso de España hoy-. Análogamente, y como se demuestra en teoría económica elemental, el empleo puede incrementarse bien incrementando la productividad- caso de Irlanda y muchos otros- o bien reduciendo el salario real-caso de España-, como tampoco es lo mismo que la inflación baje al 2.6% si mantenemos todavía un diferencial brutal con nuestros principales clientes europeos que si la inflación absoluta no baja pero el diferencial se reduce.

Si, como es nuestro caso, el crecimiento se debe casi exclusivamente a la fortaleza del consumo interno, debido al proceso de inmigración incontrolada-"España es el país con la tasa de inmigración más alta del planeta", en palabras del INE-, y del endeudamiento masivo de familias y empresas, lo que sucede en realidad es que vamos derechos a una crisis económica de grandes proporciones, porque ese proceso simplemente no es sostenible.

El crecimiento absoluto se lo están llevando íntegramente el excedente bruto de explotación y los impuestos indirectos, o dicho en forma coloquial, las familias más ricas de España-y el vicepresidente Solbes, además se jacta de ello-. Y dentro del excedente bruto de explotación, aquellas sociedades que funcionan en mercados no competitivos como las constructoras y las energéticas. Y mientras tanto, las rentas salariales como porcentaje del PIB han bajado al 46%, frente a casi el 50% de la época de Aznar; es decir, los asalariados perderán este año unos 34000 millones de euros en el proceso de reparto de la riqueza nacional, equivalentes a 1800 euros por asalariado.

Zapatero, después de comprometerse por activa y por pasiva a que bajaría la presión fiscal-"bajar impuestos es de izquierdas", afirmaba-, ha incumplido sus promesas como es habitual en él y elevado la presión fiscal a su máximo histórico; y, lo que es infinitamente peor, ha roto completamente el principio de equidad en el reparto de la carga tributaria y ha hecho recaer el grueso de la misma sobre las rentas medias y bajas. En concreto, desde que llego el Gobierno, los impuestos han subido un 33%, y los impuestos sobre el consumo- que afectan particularmente a los jubilados, los trabajadores y la clase media-, un 44%. Mientras tanto, los ricos están exentos de la mayoría de los impuestos a través de una combinación de exenciones y artificios jurídicos, inexistentes fuera de España. Todas aquellas familias con 2.4 millones de euros para constituir una SICAV, que Zapatero ha extendido por la puerta de atrás, sólo tributan al 1%.

Y si en vez de emplear como parámetro de comparación la presión fiscal utilizáramos lo que los economistas denominan esfuerzo fiscal, es decir, los impuestos que pagan los ciudadanos en relación con su nivel de renta, España es el país europeo, junto con Suecia, en el que los ciudadanos están sometidos a un mayor esfuerzo fiscal, pero con muchas menos prestaciones.

Desde junio de 2004, los salarios reales, es decir, los salarios corregidos de la inflación, no han parado de bajar, un -4.4% a día de hoy. En términos comparativos, los salarios en España registran la peor evolución de toda la UE: frente a las subidas continuas en toda Europa, que han superado el 10% en al menos seis países, están las bajadas continuas en España, tanto que despues de ocho trimestres consecutivos de bajadas, nuestros salarios son ya un 16% inferiores a la media de la UE.

[..] con la absoluta falta de ética que supone el reducir artificialmente la inflación, a base de trasladar parte de ella a nuestros hijos, como ha ocurrido en el caso del sector energético, donde las subidas de los precios se están periodificando a lo largo de los próximos 15 años, con lo que los hijos pagarán mañana la electricidad que consumen hoy sus padres.

ROBERTO CENTENO es catedrático de economía de la escuela de minas de la Universdidad Politécnica de Madrid.

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