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09 abril 2007

Llegan a España los CFD, los grandes rivales de los futuros y los warrants

El mercado español se ha quedado sin el producto de moda en Europa, los certificados, pero va a contar con un nuevo producto dirigido a los inversores más activos: los CFD (contracts for differences, contratos por diferencias), que llegan como alternativa a otros productos con apalancamiento como los futuros o los warrants.

Interdin Futuros, el broker que ha introducido estos productos en nuestro país, explica que los CFD tienen todas las ventajas de los futuros y opciones –apalancamiento, posibilidad de ponerse bajista y liquidación diaria- pero sin sus inconvenientes: los CFD no tiene vencimiento y no hay que cambiar de contrato (el famoso rollover) para mantener las posiciones a largo plazo. Además, combinan estas ventajas con las de la inversión directa en acciones, ya que replican directamente el movimiento de las acciones frente a la complejidad de las opciones y los warrants.

¿En qué consisten los CFD? En realidad, este producto no es más que un contrato entre el inversor y una entidad financiera por la que ésta compra los títulos en bolsa y financia la adquisición, de modo que el inversor sólo tiene que poner una pequeña parte de la inversión total (en eso consiste el apalancamiento). Este contrato se liquida cuando desee el cliente, que gana la diferencia entre el precio de compra y el de venta, como si hubiera comprado directamente las acciones. En el caso de posiciones bajistas, el sistema es el mismo pero lo que hace la entidad es vender las acciones para luego recomprarlas.

Si todos los productos tienen un coste, los CFD tienen dos. Por un lado, hay una comisión para el broker por la compraventa de las acciones, que en el caso de Interdin es del 0,1% sobre el nominal (es decir, sobre los 17.000 euros del ejemplo). El otro broker que ofrece este producto, Saxo Bank, no cobra comisión pero pone una horquilla entre el precio de compra y el de venta de ese 0,1%.

Ahora bien, hay que recordar que se trata de una financiación, y las financiaciones tienen intereses. Ése es el coste menos comprensible para los inversores, que, además de ese 0,1%, deben pagar un tipo de interés a la entidad con la que firman el contrato del Euribor más 1,75% (en el caso de Interdin, estas entidades son las cajas de ahorros del Penedés, de Ávila y de Burgos). En las posiciones bajistas es al revés: son las cajas las que pagan esos intereses al inversor, ya que éste no tiene que pagar dinero, sino que lo ingresa al vender los títulos.

Los CFD no tienen retención a cuenta y que su tributación es al 18% por la ganancia obtenida, como todos los productos de inversión. Esto choca con la reciente decisión de Hacienda de no quitar la retención a los certificados.

Estamos ante un producto muy popular en Europa -un tercio de la negociación en la Bolsa de Londres proviene de los CFD- que ofrece grandes ventajas a los inversores particulares y que, a juicio de algunos observadores, puede revolucionar el mundo de la inversión español, porque no se dirigen sólo a los traders a corto plazo, sino a cualquier inversor que gestione activamente su cartera.

Su aspecto más negativo es su elevado coste actual, pero es de esperar que baje a medida que crezca el número de brokers que los ofrecen. Aparte de Interdin y Saxo, Interactive Brokers piensa lanzarlos en España en unos meses.

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