Tormenta en los ‘hedge funds’: Edmond de Rothschild y Merrill Lynch cuestionan su baja rentabilidad
Gonzalo Lardiés, director de inversiones institucionales del banco privado Edmond de Rothschild, criticó ayer duramente los primeros fondos de fondos de inversión libre que se están lanzando en España por su excesivo conservadurismo: “Hay mucha diferencia entre los que ofrecen las entidades españolas y los hedge funds de verdad. Los hedge no se fijan un objetivo de rentabilidad de Euribor más tantos puntos, sino que buscan ganar lo máximo posible en cualquier entorno de mercado, es decir, con una filosofía de rentabilidad absoluta”.
“Las firmas españolas están dando poco más que un fondo garantizado con un poco de rentabilidad adicional”, concluye este gestor. A su juicio, buena parte de la culpa la tiene el reglamento de fondos, que pone demasiadas limitaciones legales en vez de dejar actuar libremente al mercado. Algo que contrasta con otros activos de inversión mucho más peligrosos que los hedge funds, como los warrants, que puede comprar cualquiera sin ninguna limitación.
“La legislación española podía haber optado por dejar a los hedge funds actuar libremente a cambio de una exigencia de información muy alta, pero ha preferido poner una serie de salvaguardas con el objetivo teórico de proteger el patrimonio del inversor. El problema es que eso mismo no ocurre en otros muchos productos”, explica Enrique Parra, del departamento institucional de esta firma. Parra afirma que, con el reglamento, es imposible replicar al 100% los fondos de hedge funds que gestionan en Francia y Suiza.
Merrill Lynch pone el dedo en la llaga
“El alfa prácticamente ha desaparecido de los hedge funds”, aseguró. El alfa es la rentabilidad superior y descorrelacionada con la del mercado que es capaz de obtener un gestor con su talento; mientras tanto, la beta es la rentabilidad que se obtiene replicando el mercado.
Detrás de este fenómeno se encuentra el brutal aumento del tamaño del sector y del número de fondos: las oportunidades de generar alfa son finitas y cada vez deben repartirse entre un mayor número de gestores. Un símil muy utilizado en EEUU es que hay una charca de alfa y cada vez hay más caballos bebiendo la misma agua, con lo que cada uno toca a menos.
La consecuencia inmediata de esta pobre rentabilidad es que no se justifican las altas comisiones que cobran estos fondos (los hedge funds son los productos de inversión más caros). Si se puede ganar lo mismo invirtiendo en un índice, no tiene sentido pagar tanto a un gestor por generar una teórica alfa que no es real. “No tenemos una superestrella que se merezca millones de dólares al año”, afirma Ebens.
El directivo de Merrill no exagera ni un ápice: según un estudio de la revista Trader Monthly, los 100 gestores de hedge funds mejor pagados ganaron una media de 241 millones de dólares cada uno en 2006. Cinco de ellos superaron los 1.000 millones, entre los que destaca John Arnold, que tiene sólo 33 años, pero que consiguió una rentabilidad en su fondo Centaurus del 317%. La media de rentabilidad obtenida por los 100 mejor pagados se encuentra entre el 30% y el 40%. Es decir, que los que cobran estas millonadas sí parece que generan alfa.
Referenciado por: Bestinver, Metavalor y Hedge Funds
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