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09 junio 2007

Obscenidad política sobre Endesa y las denuncias de Conthe. ¡Y ahí sigue Arenillas!

¡No habrá investigación sobre la CNMV y el caso Endesa! Como somos un país de opereta, un país descompuesto, el Congreso de los diputados, los padres de la patria, rechazaron ayer la creación de la comisión de investigación que pedía el PP para indagar en las graves denuncias formuladas por su anterior presidente, el señor Conthe, en relación con la futura toma de poder de la italiana Enel, y las intrigas de la oficina económica de La Moncloa en esta operación empresarial y en otras.

El PSOE, se opuso, como es natural. Lo grave fue el argumento de sus aliados en este proyecto de borrón y cuenta nueva, que son todos, el resto de los grupos parlamentarios. Dijeron algo así como: nos gustaría que el Gobierno se explicase, sería muy bueno que despejara todas las dudas, pero nada de comisión de investigación. Y bien, me pregunto yo: ¿para que pagamos a estos energúmenos, cuya obligación principal es controlar el Gobierno? ¿Para que le hagan la ola ante uno de los escándalos más importantes de los últimos años?
El portavoz socialista en el asunto, el señor Ricard Torres, esgrimió la obscena argumentación que ha manejado todo este tiempo la bancada propia, inspirada por Zapatero: "no se puede lanzar graves acusaciones contra personas e instituciones sin aportar pruebas". ¿Pero desde cuándo el Parlamento es un tribunal de Justicia? El Congreso no necesita prueba alguna. El Congreso está obligado a garantizar al máximo la limpieza institucional, el cumplimiento de las reglas del juego. Su cometido máximo es disuadir, evitar y en su caso combatir los abusos diarios a que está tentado el gobierno de turno, como parece que ha ocurrido con Endesa. Y sólo con que lo parezca, BASTA. No hace falta prueba alguna. Es preciso, urgente y obligado. El mandato constitucional del Congreso -que es la tarea legislativa y la de control-, aplicada al caso Endesa, consistiría, en mi modesta opinión, en despejar y disipar todo motivo de duda relevante sobre el comportamiento del poder ejecutivo en la operación empresarial por la que la empresa pública italiana Enel, en compañía de la española Acciona, asaltan con éxito, y su probable concurso, Endesa.
Queridos amigos: El señor Conthe compareció ante el Congreso de la Nación y relató abundantes indicios sobre dos cosas: las irregularidades del Gobierno en torno a la puja por Endesa así como la falta de condiciones del vicepresedente de la CNMV, el señor Arenillas, para seguir ocupando el cargo. No tanto porque le gusten las cenas opíparas y caras, las copas y demás, sino porque acepta invitaciones de firmas a las que debe regular y que, para más inri, tienen a sueldo a farmiliares tan directos como su hermano. ¿Pero dónde ha parado la tópica honradez de los socialistas? ¿Es que nadie va a hacer nada?
Pues no. En este país descompuesto y de opereta, la estrategia consiste en dejar pasar el tiempo, dejar amansar las cosas, hablar lo menos posible. Yo exijo una rebelión ante esta actitud entre adocenada y rastrera.
Las denuncias del señor Conthe fueron claras y gravísimas, y la obligación del Parlamento es despejarlas, por el bien del país, para recuperar un poco la compostura, para recomponer la figura, para que nadie piense que somos como Venezuela, a la que cada vez nos parecemos más, con guardias civiles vigilando al señor Pizarro, detenidos, identificados, absueltos, y exculpados por el director general del cuerpo, el señor Mesquida. ¡Ay, si el Duque de Ahumada levantara la cabeza!
NOTA: NO SE PIERDAN EL POST ANTERIOR SOBRE LA DIMISIÓN DE MIGUEL SEBASTIÁN Y LOS OTROS

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